Con gran hartura

Con una gran hartura a la gran bondad con la que se envuelven los anglosajones en su travesía por las conquistas en la historía, denigrando a los latinos, romanos y españoles, como los más perversos y crueles y que ha dado lugar a nuestra famosa leyenda negra. Publicitada y exportada hasta la saciedad consiguiendo que  una mentira sea una realidad hoy. Pues negando la mayor hoy quiero traer una pequeña muestra de alguien que como yo opina que los anglosajones no son ese pueblo bondadoso que defendió los derechos de las personas nativas a capa y espada muriendo por ello y en pos de la libertad.

Ricardo García fue el director de Radio KDNA por casi 30 años y ha sido un activista latino que conoció al gran César Chávez. Actualmente sigue activo en pro de los derechos latinos y está escribiendo un libro sobre el Valle de Yakima.


Tomando café: La belleza del español

March 1, 2011

Las malas noticias son que el invierno sigue dándonos cachetadas frías; las buenas noticias son que siempre hay café caliente para confortarnos.

Así es que tomo no una, pero dos tazas de café con leche hoy que escribo esta columna.  (Primer trago de café).
El otro día me introdujeron con un nuevo amigo. Le pregunte. “¿De dónde es usted?”
Me contestó, “vengo de Guadalajara”.
“Yo soy texano”, le exclamé. Y me dice el amigo, “pues no hablas como texano… tienes acento de mexicano”.
Que interesante, ¿verdad? Este encuentro y esa observación del señor tapatío me abre la puerta para dar un vistazo rápido a la historia del pueblo Texano. Quizás lo que quiso decir mi amigo era que yo no usaba palabras en inglés y español para expresarme. La verdad es que a veces sí lo hago: revuelvo el español con el inglés.
Este es un modo de comunicación del pueblo Texano/mexicano. La historia de Texas nos revela que en años pasados, cuando el gobierno ambicioso de los Estados Unidos determinó que el “Destino Manifiesto” de esta nueva nación iba a tener fronteras desde el Océano Atlántico hasta el Océano Pacifico y fronteras del sur con el mar Caribe y el Golfo de México, echándole ojo a una frontera con el Río Grande.
Este pensamiento se realizó cuando en la región mexicana, la guerra entre las fuerzas mexicanas y los expansionistas de los Estados Unidos estalló. Los mexicanos ganaron cuando tomaron el Álamo en la Misión de San Antonio, pero perdieron en la Batalla de San Jacinto.
El General Sam Houston derrotó al General Antonio López de Santa Ana. Un tratado resultó entre México y Texas, estableciendo el Río Grande como frontera. Poco a poco los Estados Unidos se apoderó de las tierras de Aztlán, realizando así el sueño del “Destino Manifiesto”.
La República de Texas se estableció y de un día a otro, ciudadanos mexicanos se convirtieron en ciudadanos de los Estados Unidos. Les recuerdo que esta es una mirada rápida a la historia texana. (Mi primer trago de café).

El nuevo pueblo de texanos/mexicanos fueron despreciados por el pueblo de anglosajones a punto de tratarlos como ciudadanos de segunda clase, segregando a estos nuevos ciudadanos con actos de discriminación. Hubo tiempos en que los texanos/mexicanos no eran bienvenidos en lugares públicos, tales como restaurantes, teatros, clubs nocturnos; y el sistema de educación no los trataba con igualdad.
La actitud era de que la gente anglosajona era superior en todo aspecto y el texano/mejicano era inferior. Esta cruel actitud acondicionó a mis antepasados a vivir una vida que parecía no tener salida. (Otro trago de café). El resultado fue que hubo muchas generaciones que no progresaron porque simplemente no fueron a la escuela para educarse; era un pueblo humilde, honrado, con espaldas fuertes para hacer el trabajo duro (por ejemplo las pizcas de algodón) que otros no querían hacer.
Me han de preguntar, “¿y qué idioma hablaban estos texanos/mexicanos?”  ¡Pues el español!
Pero como ya no habían escuelas de estudio de español, y como las puertas del sistema de educación pública no muy bien se abrieron para los nuevos ciudadanos, el resultado fue un pueblo que se esforzó en aprender un inglés básico para comunicarse con sus patrones.


Los años pasan y lo que resultó fue un pueblo que al comunicarse en español comenzó a usar palabras de inglés para darse a entender unos con los otros, tanto con los anglosajones como entre ellos mismos. Yo sé bien que esta explicación es muy general, porque hay que saber que en las luchas por libertad e igualdad siempre surgen personas de buena conciencia y comienzan a cambiar los modos malos y a promover la justicia social. Estos movimientos tienen buenos frutos. (Último trago de café).
Las generaciones nuevas son mas preparadas en el idioma inglés; hablan menos español, y cuando lo hablan, pues se nota un acento diferente a una persona cuyo único idioma es el español. Sin embargo, hay muchas personas de descendencia mexicana que ya no se sienten tan separados de México y han comenzado un aprecio nuevo al idioma español. Han hecho tiempo para aprender este hermoso idioma y hacen todo el esfuerzo por aumentar sus vocabularios, brillar en la gramática, pronunciación y articulación del español.
Yo tengo mucho orgullo de haber aprendido cómo hablar mejor y escribir el idioma romántico de mis antepasados Mexicanos.


Por eso tengo acento cuando hablo el inglés. Lo hablo bien también, pero admito que tengo acento.
Gracias a mi nuevo amigo por darme ese cumplido.

Fuente:elsoldeyakima.com/2011/03/01/tomando-cafe-la-belleza-del-espanol/

mury, un beso

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