Dentro de unos días despediremos este 2010 para dar la bienvenida a un nuevo año. En los hogares españoles se preparan las uvas, el cava y la ropa interior roja para recibir al año entrante como es debido. Pero, ¿de dónde viene la tradición de comer 12 uvas?
Se trata de una práctica que es exclusiva de España, aunque en otros países europeos realizan alguna similar; en Italia, por ejemplo, se comen lentejas porque estas propician la prosperidad económica. De hecho, la tradición de comer uvas al son de las campanadas no se debe a motivos religiosos o culturales, más bien a los intereses económicos.
La práctica se remonta a 1909, cuando hubo un excedente de cosecha de esta fruta y los agricultores, con tal de dar salida a su producto y no permitir que se echar a perder, se las ingeniaron para que se tomaran las uvas de la suerte al recibir al nuevo año. La costumbre fue extendiéndose poco a poco hasta convertirse en una práctica popular tan arraigada como lo es hoy.
Claro que lo de comer algo en nochevieja para recibir bien al año nuevo lo heredamos directamente del Imperio Romano. Por entonces, durante la fecha, se practicaba el culto al Dios Janus (Enero), una deidad con dos caras, una de joven y otra de anciano.
El ritual consistía en comer dátiles e higos con miel y otros alimentos dulces para que el inicio del año también lo fuese y se pudieran olvidar, así, los malos augurios y las experiencias amargas acontecidas en el año que se deja atrás.
A pesar de que los orígenes de tal tradición se remontan a tiempos antiguos, la celebración de la nochevieja como se conoce hoy día es un invento del siglo XX. De hecho, existen decenas de rituales relacionadas con la bienvenida al nuevo año: llevar ropa interior roja para atraer al amor, vestir de amarillo para llamar al dinero o beber de una copa con algo de oro dentro, son algunas de ellas.