
Un equipo de científicos de la Universidad Stony Brook (Nueva York) dirigido por Jhon Wiens comenta para la revista científica Evolution, «tras combinar datos de fósiles y secuencias de ADN pudimos demostrar que perdieron sus dientes hace más 230 millones de años, pero reaparecieron en los últimos 20 millones».
La ciencia se había basado en la Ley Dollo, según la cual los rasgos perdidos durante la evolución de las espaecies no se pueden regenerar. Pues bien según este descubrimiento, afirma el Dr. Wiens, «proporciona una evidencia muy fuerte de que los rasgos anatómicos perdidos durante la evolución pueden volver a evolucionar, incluso después de estar ausentes durante cientos de millones de años».
mury, un beso