La vida tal y como la conocemos está basada en el carbono y no entraba en las consideraciónes científicas la posibilidad de que pudiera existir vida fuera de este patrón.
Los continuos descubrimientos realizados en los fondos marinos, la vida descubierta en los meteoritos, en espacios bajo condiciones tan extremas que se quedan sin habla cuando descubren que, incluso allí, hay vida, hace pensar en la posibilidad de que pueda existir vida fuera del carbono.
Y un grupo de científicos escoceses se han puesto a ello. El profesor Lee Cronin y sus colaboradores en el Cronin Laboratory de la Universidad de Glasgow, se han propuesto crear vida fuera del carbono desarrollando un nuevo método de fabricación de células químicas inorgánicas, a las que se ha bautizado como iCHELLs.
Las iCHELLs, pueden almacenar electricidad, resultarían útiles en todo tipo de aplicaciones médicas. Por ejemplo, podrían funcionar como sensores o recluyendo reacciones químicas.
Estas investigaciones podrían demostrar que la vida es capaz de emerger no sólo del carbono, como ha sucedido en la Tierra, sino también a partir de otros elementos
Cronin explica “toda la vida en la Tierra está basada en la biología orgánica (por ejemplo, carbono en forma de aminoácidos, nucleótidos, azúcares…). Por el contrario, se considera que el mundo inorgánico es inanimado. Lo que nosotros estamos intentando es crear células inorgánicas autorreplicantes, evolutivas, que, esencialmente, estén vivas”.
“Si somos capaces de probar que la biología es un fenómeno general, no sólo basado en lo orgánico, sabremos que, probablemente, haya otras formas de vida en el universo”.
Cómo lo han hecho:
- Desarrollaron unas burbujas a partir de moléculas gigantes contenedoras de metal a las que consiguieron añadir ciertas características de las células biológicas.
- Una de estas características fue añadir agujeros a la estructura del óxido, trasformándose en una membrana porosa por la que sólo entran y salen ciertas sustancias, en función de su tamaño (igual que sucede con las paredes de las células biológicas). Esta propiedad “selectiva” permite a la membrana controlar una amplia gama de reacciones químicas.
- Así mismo lograron producir burbujas dentro de burbujas, para crear así compartimentos que imitan la estructura interna de las células biológicas.
- Igualmente, han empezado a incorporar a las iCHELLs elementos precisos para la fotosíntesis, mediante la agrupación de algunas moléculas de óxido con tintes sensibles a la luz.
- Con esto consiguieron que estas burbujas inorgánicas actuasen de un modo similar a las células.
- Lo siguiente que tienen en mente es desarrollar una membrana capaz de dividir el agua en iones de hidrógeno, electrones y oxígeno, al ser iluminada, imitando así el estadio inicial de la fotosíntesis. Y el siguiente paso será conseguir que las células inorgánicas lleguen a ser entidades autorreplicantes.
“El gran reto es desarrollar células químicas complejas con propiedades similares a las de las células orgánicas, que nos ayuden a comprender cómo surgió la vida; y también utilizar este método para definir una nueva tecnología basada en la evolución en el mundo material, una suerte de tecnología de la vida inorgánica”.
Estos científicos escoceses han dado el primer paso hacia la creación de “vida” a partir de sustancias químicas inorgánicas, un avance que verificar la “biología inorgánica” lo que ayudaría a explicar qué es la vida, y demostrar que el universo puede estar lleno de formas de vida no basadas en el carbono.
Fuente: tendencias21
mury, un beso