El pasado 28 de septiembre del 2012, un fuerte temporal ocasionó muchos destrozos en la costa levantina y donde más se notó el viento fue en la provincia de Valencia. En la zona de Sagunto y de Valencia muchas embarcaciones fueron desviadas o arrastradas por el oleaje, algunas muy cerca de tierra. Desde el puerto de Valencia y sus inmediaciones, grandes cargueros quedaron a la deriva llegando a encallar en las proximidades de la playa de El Saler.
Desde entonces, las Autoridades, tanto del Puerto, como marítimas, asesorados por ingenieros y expertos, intentan reflotar las embarcaciones, trabajo que es más difícil de lo que podían suponer en un principio. Primero, por que trabajar en temporal es imposible y luego, porque embarcaciones de ese calado y tonelaje, hacen muy dificultoso el reflotado.
Pero lo más curioso de todo es el espectáculo que se ha provocado con los barcos. Es cierto que esa visión es poco usual en una playa, pero creo que es todavía más chocante la cantidad de miles de personas que cada día se agrupan para pasar el rato. Incluso se han formulado reclamaciones y quejas de todo tipo por la suciedad que ocasionan tantos visitantes, además del destrozo de la flora que circunda de forma natural alrededor de las dunas.
Uno de los barcos, el BSLE Sunrise, está prácticamente reparado y puede volver a la navegación, pero se necesitará descargar sus 790 toneladas de tubos de hierro, antes de tirar de él para sacarlo de la arena. El otro, el Celia, de 118 m. de eslora, sigue a 100 m. de la costa y será algo más complicado, pero si sigue el buen tiempo, calculan que en los próximos tres días volverán ambos a la navegación.