Las ordenes de Hitler eran de ejecutar en el acto a todos los comandos y guerrilleros capturados. Thuener de la Whermatch al mando de la patrulla que les había capturado, le dijo a Churchill:
«Usted es un soldado como yo. Me niego a que esos carniceros de la Gestapo le maten. Diré que no he recibido las ordenes de ejecutarles».
Tras la guerra, Churchill tendría ocasión de agradecerle a Thuener en persona su deferencia profesional, arrancándolo de las garras de los rusos que iban a enviarlo a un gulag para prisioneros alemanes.
Los alemanes creyendo que tenía algún tipo de parentesco con el primer ministro inglés, Winston Churchill, lo enviaron a Berlín con un avión. Al aterrizar, se las arregló para prenderle fuego, echando un cigarrillo encendido a una papelera.
Al comprobar que no tenía nada que ver con Winston Churchill, lo enviaron al campo de concentración de Sachsenhausen, de donde se fugó pero fue capturado.
Entonces lo enviaron al campo de prisioneros de Niederdorf, en Austria en abril de 1945 (Hitler se suicidaría ese mismo mes)durante un apagón, Churchill volvió a fugarse, esta vez su ruta de fuga le llevaba hacia los Alpes y la frontera italiana. En su octavo día de fuga, renqueando sobre un tobillo herido fue encontró al ejército americano.
Volvía a estar libre, pero el hecho de haberse perdido casi dos años de guerra en cautiverio era motivo de frustración, así que pidió ser enviado de nuevo al frente. Lo enviaron a Birmania, sin embargo, cuando llegó allí, Hiroshima y Nagasaki se habían vaporizado en un hongo atómico y la guerra terminado.
El súbito fin de las hostilidades era una maldición. «¿Sabes? – Le dijo a un amigo medio en broma – Si no hubiera sido por esos malditos americanos, podríamos haber mantenido la guerra en marcha durante otros diez años».
En 1946,se graduó como paracaidista, con cuarenta años de edad, siendo destinado a Hong Kong. Por entonces la Twenty Century Fox estaba rodando «Ivanhoe» en Inglaterra donde tiene tiene una breve aparición como extra disparando desde las almenas del castillo de warwick gracias a su amigo Robert Tailor.
En 1948, para su alegría, con el rango de Mayor de paracaidistas, fue destinado a Palestina, donde en un acto de extremo valor, rescató a una unidad atrapada bajo fuego árabe. Allí ganó su segunda DSO.
Acabado el conflicto, volvió a Inglaterra, donde no perdía el gusto por la extravagancia. Los pasajeros del tren de Londres, no podían dejar de asombrarse cuando un pasajero elegantemente vestido, se levantaba, y sin inmutarse lanzaba su maleta por la ventanilla para luego volver a sentarse y bajar tranquilamente en la siguiente estación. Lo que los pasajeros no sabían es que había lanzado la maleta al jardín trasero de su casa, que estaba al lado de la vía, y de esta forma se ahorraba tener que cargar con ella en el trayecto desde la estación.
Luego aceptó un puesto como instructor en la escuela de guerra aerotransportada en Australia. Donde se convirtió en un fanático practicante del surf.
Al volver a Inglaterra, fue el primer hombre que remontó el río Severn haciendo surf sobre la ola de un metro y medio que la marea lanza tierra adentro. Acabó diseñando sus propias tablas de surf e inició una modalidad de surf que dura hasta hoy en día.
Desmovilizado, aceptó un puesto en el ministerio de defensa como profesor de cadetes. Se dedicó al modelismo de barcos por radio control – buques de guerra, por supuesto – con tal calidad de acabados y detalles que eran muy buscados por los coleccionistas.
Jack Churchill El Luchador- O el Loco Jack Churchill – murió placidamente en su casa de Surrey la primavera de 1996.
Con él se fue el último arquero inglés que 600 años después de la batalla de Crecy, volvió a los campos de guerra de Francia para matar a los enemigos de Inglaterra con un longbow hecho de tejo español.
Fuente: Onda cero y arcobosque
mury, un beso