Estamos acostumbrados a ver a las mujeres bolivianas, con sus largas trenzas, bombines de sombrero, alegres colores, faldas con abundante vuelo y volumen que le dan las capas de enaguas que llevan de bajo, chales con flecos y cargas a la espalda envueltas en las típicas telas del altiplano boliviano.
Pues estas mujeres han encontrado un nuevo modo de ganarse la vida y conseguir prestigio para ellas y para su familia practicando la lucha libre.
Dicen que esta actividad la iniciaron hace algunas décadas algunas madres campesinas como un modo de reivindicar a las mujeres indígenas y así luchar contra el machismo que impera en aquella zona.
Yo pienso que tal vez pudo surgir como un medio de defensa frente al abuso de algunos de los hombres que tenían acogotadas algunas mujeres.
El caso es que estas mujeres se han convertido en luchadoras sobre un ring de lucha libre. Vestidas con su traje habitual, con todas las enaguas y se dedican a darse de mamporros, saltar por el aire y hasta hacerse sangre.
Lo más curioso es que ha gustado tanto la lucha de estas cholas o cholitas, que es como se conoce a estas mujeres luchadoras, que se han convertido en uno de los deportes más seguidos en Bolivia.
Estas mujeres, de edad media, durante la semana se dedican a sus actividades como madres y esposas y a su trabajo en el campo o en pequeños puestos de venta de frutas y verduras.
Cuando llega el domingo se suben al ring y pelean como auténticas campeonas. Para conseguir un mayor espectáculo, las cholitas se entrenan dos veces por semana y prueban nuevos movimientos y saltos acrobáticos.
Para estas mujeres y sus esposos es un orgullo ser una cholita.
Una de ellas de nombre Ana responde:
“Empecé hace diez años, en la lucha libre cuando gané una audición local”. ”Estamos mostrando a los hombres que las mujeres son fuertes también”.
“Mi esposo Oscar no quiere que sea luchadora cuando se pone sangrienta la pelea – pero tener una Cholita, como esposa, es tener mucho prestigio.”
Un modo algo violento de conseguir algo de dinero extra y de paso prestigio para ella y su familia, pero que no haría una mujer por defender lo suyo.