Iba con mucha ilusión porque era una experiencia nueva en mi vida y aprender cosas nuevas siempre me motiva enormemente.
Llegué a las 8 de la mañana para presentarme, como nos habían indicado, a presidentes de mesa, interventores y otros apoderados.
Los presidentes y vocales fueron muy correctos, dentro de la que les había caído encima, sin embargo no encontré la misma disposición por parte de interventores y apoderados.
La mayoría de los apoderados e interventores del PSOE fueron desagradables y maleducados en el trato, a excepción de uno.
Dentro de los del PP el 50% fueron no solo desagradables sino bordes y maleducados y el otro 50% correctísimos y amables. Sin embargo los de IU fueron un amor junto a los funcionarios del ayuntamiento y de la comunidad.
A las 6 de la tarde y después de haber estado por allí charlando con la gente, llegabamos a la recta final del comicio para las municipales y las autonómicas.
A las 8 se cerró el colegio y empezaron a sacar las papeletas de las urnas. Yo era la única apoderada UPD, y tenía que estar atenta a tres mesas diferentes en tres salas.
No conocía los tiempos, ni las acciones que se debían llevar a cabo ni nada de nada salvo mi manual de apoderado. La gente de las mesas estaban derrotados, con dolor de espalda, de culo después de 12 horas en el colegío. Lo que yo no sabía, y ellos tampoco, es que les quedaba lo peor.
Primero sacar cada papeleta del sobre, luego contarlas y que les cuadraran, lo que no sucedió en una de las mesas, siempre les faltaban dos votos.
Y cuando yo pensé que eso era lo último vino la parte administrativa, ninguna de esas labores podía haber sido llevada a cabo si no hubiera sido por los interventores del PSOE que estaban tremendamente versados, por lo que me comentaron el PSOE, donde yo vivo, siempre envía los mismos interventores, no así los del PP que siempre son nuevos y por eso no saben mucho.
Pues así tres mesas, mi misión era controlar que las papeletas se contaban correctamente y que los votos nulos y en blanco eran los que eran y no había trampas o que se daban por válidas papeletas nulas.
No fue fácil, dada mi no experiencia, la gente estaba cansada y los modales de la presidenta de una de las mesas comenzó a ponerse desagradable con migo cuando les pedía las copias de los informes que debías entregarme sobre los recuentos.
En otra de las mesas que me tocó la borde de una de las interventoras del PP, que no la otra que era un amor, y el borde del interventor del PSOE, reconozco que era el único que sabía lo que debía hacerse, parecía el presidente de la mesa dando ordenes.
En la tercera sin embargo todo fue como la seda, cansadísimas (todas eran mujeres en las otras solo la presidenta era mujer), pero muy correctas en todo momento.
Yo acabé reventada de estar de pies y aguantar bordeces, pero la labor de estos ciudadanos obligados por las administraciones a realizar un trabajo de más de 12 horas por los que les dan 6o € y unos míseros bocadillos de salchichón o chorizo y una fruta para comer, es admirable y no tiene precio.
Al fin y al cabo yo estaba allí por interés junto con el resto de interventores y apoderados, pero ellos estaban obligado y la labor llevada a cabo fue tremenda, sin olvidar que al día siguiente, lunes, deberían ir a trabajar.
Yo necesité un día entero y sin tener su presión. Me imagino que ellos habrían necesitado al menos dos días pero solo les conceden 5 horas y eso si no son autónomos que en eso caso no tienen nada.
mury, un beso