Perdonar que no haya escrito en estos días pero me toco estar de apoderada y pasar un día en una mesa electoral y eso cansa y mucho, pero no fue mi parte la peor.
Iba con mucha ilusión porque era una experiencia nueva en mi vida y aprender cosas nuevas siempre me motiva enormemente.
Llegué a las 8 de la mañana, como el resto, para presentarme, como nos habían indicado, a presidentes de mesa, interventores y otros apoderados.
A las 6 de la tarde y después de haber estado por allí charlando con la gente, llegabamos a la recta final del comicio para las municipales y las autonómicas.
A las 8 de la tarde se cerró el colegio y empezaron a sacar las papeletas de las urnas.
La gente de las mesas estaban derrotados, con dolor de espalda y de culo después de 12 horas en el colegío. Lo que yo no sabía, y ellos tampoco, es que les quedaba lo peor dos o más horas más de conteo y papeleo administrativo.
Primero sacar cada papeleta del sobre, luego contarlas y que les cuadraran, lo que no sucedió en una de las mesas, siempre les faltaban dos votos.
Y cuando yo pensé que eso era lo último vino la parte administrativa, varias libretas para rellenar con los datos y varios sobres donde introducir la información requerida, si no repitieron la misma acción más de 10 veces no lo hicieron ninguna, firmas y más firmas.
El agotamiento era tan patente que daba hasta pena, yo les habría mandado a casa, no estaban en condiciones de realizar semejante actividad, no tenían la mente descansada ni el cuerpo eran guiñapos de personas.
Ninguna de esas labores podía haber sido llevada a cabo si no hubiera sido por los interventores del PSOE que estaban tremendamente versados, por lo que me comentaron el PSOE siempre envía los mismos interventores, no así los del PP que siempre son nuevos y por eso no saben mucho. Al menos donde yo vivo.
Tras hacer el recuento de las municipales, tuvieron que volver a empezar con la comunidad, y vuelta a empezar con todo el proceso.
Acabé reventada de estar de pies y aguantar bordeces, pero la labor de estos ciudadanos obligados por las administraciones a realizar un trabajo de más de 12 horas por los que les dan 6o € y unos míseros bocadillos de salchichón o chorizo y una fruta para comer, es admirable y no tiene precio.
Al fin y al cabo estaba allí por interés junto con el resto de interventores y apoderados, pero ellos estaban obligado y la labor llevada a cabo fue tremenda, sin olvidar que al día siguiente, lunes, deberían ir a trabajar.
Yo necesité un día entero y sin tener su presión. Me imagino que ellos habrían necesitado al menos dos días pero solo les conceden 5 horas y eso si no son autónomos que en eso caso no tienen nada.
Esto es un abuso por parte de las autoridades, lo suyo es que hubiera dos grupos, uno para realizar la labor durante el día, que no es moco de pavo, 12 horas de trabajo, y otro para realizar el conteo. Así este estaría fresco, iría más rápido y habría menos errores.
mury, un beso.