Una compañía sin experiencia previa en aviación planea revolucionar el transporte de energía eólica terrestre con el que sería el avión de carga más grande de la historia.
El WindRunner ya está siendo catalogado como la aeronave más grande del mundo antes incluso de haber sido construido. Pero este gigante no está siendo desarrollado por Airbus, Boeing o Lockheed, sino por una empresa que nunca antes había fabricado un avión.
Mark Lundstrom, empresario en serie e ingeniero aeroespacial, fundó Radia en 2016 con la visión de expandir masivamente la industria de energía eólica terrestre tras tener un «momento eureka». Las palas de aerogeneradores instaladas en el mar pueden alcanzar los 100 metros de longitud o más, mucho mayores que las terrestres, que tienden a medir solo unos 70 metros. Esto se debe a la dificultad de transportar algo tan grande desde la fábrica hasta un sitio remoto en una llanura o meseta.

Si este problema pudiera resolverse, pensó Lundstrom, las palas más largas ayudarían a los parques eólicos terrestres a producir más energía a menor coste. «Pueden duplicar o triplicar el terreno económicamente viable en Estados Unidos para parques eólicos», asegura Lundstrom, y podrían permitir la construcción de más de un millón de estas «super» turbinas para 2050 a nivel mundial. El empresario llama a su visión «GigaWind».
Una apuesta millonaria sin experiencia aeronáutica
La compañía con sede en Boulder, Colorado, ha recaudado más de 150 millones de dólares (110 millones de libras) y ha atraído asesores de alto perfil para lanzar una posible solución: el WindRunner. La máquina más pesada que el aire más grande de la historia está diseñada para facilitar enormemente el transporte de palas gigantes de aerogeneradores y, según Radia, desencadenar una revolución en la energía eólica terrestre.

«Estamos construyendo la aeronave más grande del mundo y lo hacemos porque hay una brecha gigantesca en la capacidad de las aeronaves de carga pesada», explica Lundstrom, director ejecutivo y fundador de la empresa. «Me sorprende que no haya ninguna aeronave de carga grande en producción o planeada para satisfacer esta necesidad, excepto el Radia WindRunner».
El desafío técnico es considerable. Esta máquina enorme debe poder navegar por las pistas y calles de rodaje de los aeropuertos existentes, así como operar en pistas relativamente cortas y semi-preparadas que pueden construirse fácilmente junto a parques eólicos.
Especificaciones técnicas impresionantes
Si se construye, este masivo transportador de carga medirá 108 metros de longitud con una envergadura de 80 metros, dictada por la necesidad de cargar su mercancía en un aeropuerto moderno, y tendría una bahía de carga inmensa unas seis veces mayor que la del Antonov An-225.

Tendría la sección transversal más grande de todas las aeronaves de carga pesada construidas hasta la fecha. Sería capaz de transportar tres palas de aerogenerador de 80 metros, o dos de 95 metros, o una de 105 metros, y aterrizar en una pista no pavimentada de 1.800 metros. Sin embargo, solo podrá levantar 72.500 kilogramos y volar 2.000 kilómetros. Esto significa que el WindRunner, si se construye, parece estar destinado a vuelos dentro de América del Norte, Europa o América del Sur.
La aeronave contaría con un volumen de carga de 7.702 metros cúbicos, 12 veces mayor que un Boeing 747, y podría operar desde pistas semi-preparadas de tan solo 1.800 metros, algo que ninguna otra aeronave comercial grande puede lograr.
Un proyecto lleno de desafíos
Hay un problema adicional cuando Radia consideró este nuevo proyecto: nunca había construido una aeronave antes. Lundstrom reunió un equipo experimentado para diseñar sus especificaciones antes de que fuera presentado en el Salón Aeronáutico Internacional de Farnborough en 2024.

Para hacer realidad esta visión, Lundstrom y su equipo han reclutado proveedores experimentados, incluyendo a Leonardo de Italia para el fuselaje, Aernnova de España para el ala y los pilones del motor, y AFuzion de Estados Unidos para supervisar las características de seguridad.
Sin embargo, la falta de un proveedor de motores nombrado ha planteado dudas sobre la viabilidad del proyecto. Un portavoz de Radia comunicó que esto no debería ser un problema por mucho más tiempo, ya que han seleccionado un motor existente certificado y anunciarán el socio de motores próximamente.
Escepticismo en la industria
Naturalmente, algunos observadores se muestran cautelosos sobre las perspectivas del WindRunner. «Simplemente no veo cómo va a funcionar a menos que puedan obtener más inversión de capital», dice el autor de aviación y comentarista Chris Pocock. «El WindRunner no tiene alcance transatlántico y por eso no es tan atractivo desde ese punto de vista como transportador de carga sobredimensionada».

Hasta ahora, Radia solo ha probado un modelo de WindRunner de tamaño muy pequeño en un túnel de viento. Como otros fabricantes de aviación y startups, Radia parece estar ansioso por acelerar y reducir el coste del largo y costoso proceso para certificar que el WindRunner es seguro para volar.
El futuro del proyecto
En mayo de 2025, el Departamento de Defensa de Estados Unidos firmó un acuerdo con Radia para estudiar cómo el WindRunner podría transportar carga militar, lo que pareció un giro hacia el mercado de defensa. Sin embargo, un portavoz de Radia aclaró que la misión central de la empresa sigue siendo servir al mercado de energía eólica terrestre.

El primer vuelo está planeado para finales de la década, y la empresa planea ir directamente a producción después de construir varios aviones de prueba de tamaño completo. La certificación será un proceso desalentador para cualquier fabricante de aeronaves, y más aún para uno nuevo.
La noticia de que Boeing está en las primeras etapas de discutir la posibilidad de reiniciar la producción de su rival C-17 solo añade presión al WindRunner, aunque según Radia hay suficiente demanda acumulada para ambos aviones.
Preguntas frecuentes
¿Cuándo estará operativo el WindRunner? Radia planea realizar el primer vuelo antes de finales de la década actual. La empresa pretende acelerar el proceso de certificación utilizando herramientas de diseño digital y componentes ya certificados, evitando así la construcción de prototipos tradicionales y pasando directamente a varios aviones de prueba de tamaño completo.
¿Qué ventajas tendría el WindRunner sobre el transporte terrestre actual? El WindRunner permitiría transportar palas de aerogeneradores de hasta 105 metros de longitud, significativamente mayores que los 70 metros actuales limitados por la infraestructura terrestre. Esto podría duplicar o triplicar el terreno económicamente viable para parques eólicos y reducir considerablemente los costes de la energía eólica terrestre.
¿Podrá el WindRunner competir con otros aviones de carga? Con un volumen de carga 12 veces mayor que un Boeing 747 y 6 veces mayor que el extinto Antonov An-225, el WindRunner sería la aeronave de carga más grande jamás construida. Su capacidad única para aterrizar en pistas semi-preparadas de 1.800 metros le daría ventajas operativas significativas sobre otros aviones de carga pesada.
¿Qué otros usos podría tener el WindRunner además de la energía eólica? Además del transporte de componentes eólicos, el WindRunner podría utilizarse para aplicaciones militares, transporte de materiales espaciales, equipos sobredimensionados y ayuda humanitaria. El Departamento de Defensa de Estados Unidos ya ha mostrado interés, firmando un acuerdo para estudiar sus capacidades de carga militar.
Fuente: Radia