Hace algunos años leí un artículo de Javier Sierra sobre «arqueología paranormal» donde mencionaba a Dorothy Louise Eady.
He recabado un poco de información sobre esta mujer. Que disfrutéis con esta increible historia.
Dorothy Louise Eady ,1.904 a 1.981, nacida en Londres, a la eda de tres años sufrió una grave caida; quedando inconsciente se la declaró muerta por unas horas; milagrosamente, o al menos eso creyeron entonces, la niña volvió a la vida. Pero ya no sería igual, desde entonces, Dorothy tenía un sueño recurrente,soñaba con un jardín de árboles frutales y un templo con muchas columnas. Algo que no existía en el Londres de principios de siglo, ni en ningún lugar al que tuviera la niña acceso (recordar que no existía ni la radio ni la televisión que pudiera hacer imaginar a la niña semejantes lugares). A veces decía a sus padres que aquel no era su verdadero hogar, «quiero volver a casa», lo que dejaba a los padres costernados. Ante las preguntas de los padres, ella, como niña, no sabía que responderles. Sólo tenía sentimientos, sensaciones. No podía racionalizarlo.
Durante una visita al MuseoBritánico, con su familia, la pequeña Dorothy al entrar en la sala de arte egipcio, se separó de sus padres y corrió a besar, con verdadero respeto, los pies de las estatuas egipcias que allí se encontraban. En otra ocasión posterior, encontró una fotografía en un periódico del templo de Osiris en Abydos, donde reconoció su hogar ansiado, aquellas amadas imágenes que se le aparecían en sueños.
Con 14 años comenzó a tener unos sueños diferentes, en esta ocasión era un personaje Hor-Ra el que le narraba historias de su vida anterior en Egipto. Los sueños pasaron a ser visiones de día. La muchacha en estos momentos, digamos de trance, realizaba escritura automática, pero no era en el inglés que ella utilizaba, era escritura psicográfica jeroglífica, la escritura de los antiguos egipcios. Con los que realizó un pequeño cuaderno, que le sería de tanta utilidad en su vida posterior.
Estos acontecimentos y la edad permitieron a Eady racionalizar lo que la estaba sucediendo y a sí saber que había tenido una vida anterior en el antiguo Egipto de la época faraónica.
Se podría pensar que a esta muchacha la tomarían por loca, pero se encontraba en un momento en el que Inglaterra vivía una época gloriosa del ocultismo y la egiptología estaba de moda.
La jóven Eady se dedicó a estudiar ,o mejor dicho a volver a recordar, la lengua y la tradición de su vida en Egipto. Le enseñó, ni más ni menos, que el conservador del museo británico, EAW Budge.
Con 29 año, se decidió, tomó un barco con dirección a Egipto, de donde no saldría nunca más. Allí en 1930 se casó con un ciudadano egipcio y tuvo un hijo, al que llamó Seti. Fue asi que comenzó a llamarse a si misma, «Om Seti», o la madre de Seti.
En Egipto continua sus estudios de Egiptología a demás de trabajar con egiptólogos como, Selim Hassan y Ahmed Fakhry, en el Servicio de Antigüedades Egipcias. Trabajó como asistente de investigación arqueológica durante casi 20 años, gracias a la informacion que tenía sobre la época faraónica.
En 1.954, el servicio de antigüedades egipcias la enviaría a su querida Abydos. Separada de su esposo y abandonada por su hijo, dedicó los últimos 30 años de su vida a estudiar el templo de Sethy I.
Está enterrada en el desierto cerca de el Shunet-Zebib. Aparte de sus propias publicaciones, ha sido objeto de numerosos libros.
Eady sabía que había tenido una vida anterior en Egipto, como sacerdotisa de Isis en el templo de Abydos, al sur del país. Según su propio relato. En aquel entonces se llamaba Bentreshyt. Fue entregada al templo cuando era una niña por su padre, un militar que había quedado viudo y se vió incapaz de hacerse cargo de la niña. Tuvo un romance ilícito con el faraón Seti I, quedando embarazada de éste. Las vírgenes al servicio del Templo tenían prohibidas las relaciones carnales, ni con el propio faraón, ante la presión que debió de vivir frente a su embarazo y para no comprometer a su amado Seti, Bentreshyt decidió quitarse la vida. Desde entonces, creía firmemente Eady, que el faraón Seti la había estado buscando cuando la encontró reencarnada en una muchacha inglesa, envió a Hor-Ra que le puso al corriente de todos los detalles de su vida anterior.Para luego aparecer él mismo y continuar su romance.
Om Seti mantuvo durante su vida adulta encuentros nocturnos con el faraón Seti I, según ella, mantuvieron encuentros sexuales. Durante estos encuentros, Omm Seti solía preguntar acerca de algunos de los problemas que más la inquietaban, como la existencia de la Atlántida o la vida extraterrestre. De estos encuentros, y sus propios recuerdos de aquella época, saldrían lo que los expertos dieron por llamar «premoniciones», no podían creer que recibía información directa del faraón Sethy I o que pudiera recordar otra vida anterior.
A demás de una magnífica dibujante y asistente de arqueólogos tan notables como Selim Hassan o Ahmed Fakhry, su vida entera ha estado ligada a «premoniciones», pero eso será otro día.
muri, un beso