El trabajo de la mujer inuits
Las mujeres, realizan trabajos de recolección, pesca, descuartizados de presas, cocina y costura además de criar a los niños y cuidar a los ancianos.
En verano, es decir los tres meses de día, cuando se movían a tierra firme o cerca de las costas para abastecerse de los alimentos para pasar todo el año, las mujeres también se dedicaban al aprovisionamiento; pescaban con arpones los peces cuando bajan por los ríos en primavera para desovar o cuando bogan contra la corriente de los ríos. Asi mismo recolectaban huevos o cazaban en las playas, gansos, ánades, y cisnes que buscan las orillas del mar para anidar. Recogen erizos de mar, bayas y raices.
Tras la gran cacería de caribús, en el mes de septiembre, el trabajo femenino era el de descuartizar las reses utilizado una ulu, cuchilla semicircular con mango de madera, cuerno o marfil y dientes de sierra en un costado. Era una herramienta de todo uso, que también se empleaba para raer las pieles y para cocinar. Aunque la base de la alimentación inuits es la ballena.
Las especies de ballenas cazadas son principalmente la beluga, el narval y la ballena franca. Esta última es la más apreciada, especialmente un subproducto llamado mattak o muktuk, que consiste en piel con grasa adherida.
Tal es su importancia en la cultura inuit, en términos alimentarios y de identidad, que consideran que:
» las ballenas son muy importantes para la población que las come… cuando no tenemos en nuestros cuerpos nutrientes de ballenas, es como si faltara una parte de nuestros cuerpos».
Las mujeres inuits hierven una buena parte de sus alimentos en recipientes de esteatita colocados sobre lámparas de grasa, comen, así mismo, grandes cantidades de carne cruda, incluyendo los órganos internos. De este modo, la dieta esquimal contiene las vitaminas y sales necesarias par la nutrición humana.
El agua la única bebida, la obtiene durante la mayor parte del año calentando nieve o hielo sobre lámparas de grasa. Para calentar agua y cocinar los inuits hacían fuego con una barrena, que también se podía usar para hacer agujeros. Al girar la vara de taladrar sobre una base dura, se producía serrín, que luego se incendiaba con el calor de la continua fricción, o recolectaban musgo seco que retorcían entre las manos para crear la yesca sobre la que encender el fuego.
Los alimentos tradicionales son mucho más que una mera necesidad nutricional, proporcionan una base duradera para la identidad inuit.
Es más, el acto de cazar, la elaboración, la repartición y la comida en común satisfacen ampliamente muchas necesidades psicológicas y espirituales. Es este complejo de actividades, necesidades, satisfacciones, normas y creencias socioculturales que constituye la subsistencia, término muchas veces equiparado erróneamente como el mero sustento.
Los vestidos esquimales los cosen las mujeres con hebras hechas de tendones y los remataban con rebordes formando franjas de colores. Se confeccionaban según patrones distintos para hombre y mujeres.
Las prendas eran ligeras, con un aislamiento excelente. Para la confección de vestidos ha sido empleado mayoritariamente las pieles de caribú, más calido, ligero y flexible que la piel de foca y sino se reemplazaba con pieles de osos.
Llevaban ceñidos al cuerpo dos piezas. Uno con el pelo de las pieles adentro con mangas, dispuestos de modo que no podían metérselo ni quitárselo sino por la cabeza. Y el otro, el anorak, que disponían con el pelo hacía afuera.
El anorak llevaba capuchón y estaba hecho con pieles de animales herméticas que le brindaban al cuerpo una capa de aire caliente y aislante. Suelto por arriba, podía ventilarse periódicamente si el que lo llevaba empezaba a sudar, ahuecándoselo por el cuello: el aire caliente se escapaba hacia arriba y el frío entraba por abajo.
Usaban calzónes de cuero que pasaban de las rodillas, abajo recios botínes que en la garganta del pie se unía con los zapatos. En invierno se calzaban zapatos triples y cuádruples sin que perdiesen en ligereza.
Iban todos con guantes y se echaban al hombro un impermeable realizados con tiras de los intestinos, de ballenas o focas, cosidas una con otra muy apretadas. El capuchón de este impermeable podía ajustarse para lograr que ni la nieve ni el agua entrara y los calase. Solían decorarlos con plumas y picos anaranjados de pajarillos.
Para lograr mayor impermeabilidad, el borde inferior del anorak se ajustaba al hueco del kayak y así no les entraba el agua.
Continuará..
mury,un beso