Ya es raro que las sandías formen parte de una noticia sin tener que ver con el tiempo que estropea las cosechas pero que haya dos noticias, ya no es raro, es marciano.
Pero si además se producen en el mismo lugar y a los mismos agricultores ya empieza a oler mal.
Las noticias viene de China, donde a los agricultores les explotaban las sandías. La razón parecía estar en una sustancia rociada sobre las sandias para acelerar su crecimiento, para venderlas antes en el mercado y tener dos cosechas,la avaricia rompió el saco.
De acuerdo con la agencia de noticias china Xinhua, veinte agricultores de una aldea de la provincia de Jiagsu plantaron semillas importadas de Japón.
El agricultor Liu Mingsuo le dijo a Xinhua que más de dos tercios de su plantación habían explotado. Afirmó que había utilizado, el 6 de mayo, productos químicos para impulsar el crecimiento y, al día siguiente, le explotaron más de 180 sandías.
Pero resulta que no solo aquellos agricultores que emplearon de más el producto de crecimiento han sido los perjudicados por esta explosión de sandias en cadena.
Expertos agrícolas se encontraron impotentes para explicar por qué también explotaban sandías que no habían sido expuestas a la influencia del producto químico. Los expertos que estudiaron el caso fueron incapaces de ofrecer una explicación.
Menos de un mes después de que les explotaran las sandias aparece una nueva noticia, los recolectores de sandias encuentran que algunas de las sandias que han recogido están tan duras como una piedra.
Según informó el diario «China Daily». Las autoridades sanitarias chinas ya han comenzado una investigación para dar una versión oficial sobre el posible origen de la anormalidad.
El nuevo episodio de las «sandías de piedra» se produce en medio de una oleada de noticias sobre extrañas manipulaciones en alimentos para el consumo humano en China que han aumentado la preocupación de la opinión pública, con sonados casos como el uso de tinta para colorear bollos y fideos o la alimentación de pollos con sales minerales.
Como para fiarse de los productos alimentarios chinos, no como nuestro pepino español que goza de muy buena salud.
Fuente: BBC y el economista.
mury, un beso