La estrategia de guerra moderna hace que cada ejército se ajuste a sus necesidades en cuanto a su poder económico y al tipo de misiones que tiene encomendadas. En los últimos años, más o menos desde la guerra de la antigua Yugoslavia, a finales de los años 80 del siglo pasado, el ejército español se integra en misiones bajo pabellón O.N.U. y O.T.A.N., donde sus misiones dejan de ser acciones de guerra convencional, como lo entendíamos hasta la fecha. Las misiones desde entonces son más de protección y soporte logístico y sanitario. El soldado ahora es un especialista que construye puentes, campamentos, interviene en operaciones quirúrgicas, reestablece la red de agua potable o de electricidad, y también entra en acción si es necesario.
El mantenimiento del porta-aviones resulta desorbitado, y realmente me inclino por el nuevo. A la pregunta constante de si resulta viable el mantenimiento de ambos buques operativos, eso se debe responder mirando nuestra situación económica. Ahora bien, soy también de la opinión de mantener en dique seco nuestro Príncipe de Asturias y no desmantelarlo ni venderlo, pues la economía del mismo modo que fluctúa a la baja, también se puede recuperar. En cuanto a si es acertado el diseño del buque a las nuevas necesidades, no insisto, mejor preguntemos a la Armada de Australia que nos han encargado 2 unidades.