Buque Juan Carlos I

La estrategia de guerra moderna hace que cada ejército se ajuste a sus necesidades en cuanto a su poder económico y al tipo de misiones que tiene encomendadas. En los últimos años, más o menos desde la guerra de la antigua Yugoslavia, a finales de los años 80 del siglo pasado, el ejército español se integra en misiones bajo pabellón O.N.U. y O.T.A.N., donde sus misiones dejan de ser acciones de guerra convencional, como lo entendíamos hasta la fecha. Las misiones desde entonces son más de protección y soporte logístico y sanitario. El soldado ahora es un especialista que construye puentes, campamentos, interviene en operaciones quirúrgicas, reestablece la red de agua potable o de electricidad, y también entra en acción si es necesario.

 Con esta nueva perspectiva estratégica, La Armada Española, diseña un nuevo buque que cumple de manera extraordinaria con dichas directrices: el Buque Polivalente Estratégico, BPE Juan Carlos I. Ayer mismo estuvo atracado en el muelle de cruceros del puerto de Alicante y tuve el privilegio de visitarlo. Sus 237 m. de eslora y esa altura descomunal, impresionan al acercarse, y aunque he leído y escuchado tanto a detractores como a partidarios de la construcción de dichas unidades navales, soy de la opinión de que realmente es un acierto y de gran mérito el diseño y utilidad práctica del buque. Se botó en el 2010 y su base es Rota.  Debemos tener en cuenta, por ejemplo, que nuestro anterior buque insignia, el Porta-aeronaves Príncipe de Asturias, mide 195 m., aunque bien es cierto que la autodefensa del mismo es superior al nuevo buque, ni tiene la capacidad de carga, ni su polivalencia.

El mantenimiento del porta-aviones resulta desorbitado, y realmente me inclino por el nuevo. A la pregunta constante de si resulta viable el mantenimiento de ambos buques operativos, eso se debe responder mirando nuestra situación económica. Ahora bien, soy también de la opinión de mantener en dique seco nuestro Príncipe de Asturias y no desmantelarlo ni venderlo, pues la economía del mismo modo que fluctúa a la baja, también se puede recuperar. En cuanto a si es acertado el diseño del buque a las nuevas necesidades, no insisto,  mejor preguntemos a la Armada de Australia que nos han encargado 2 unidades.

Scroll al inicio