Museo del traje en Madrid

El modo que he tenido para recordar los diferentes periodos históricos por los que ha pasado Europa, durante los últimos 3ooo años, ha sido el vestuario que caracterizaba cada uno de estos periodos.

No hace mucho me enteré de que en Madrid, comunidad en la que vivo, había un museo del traje, desde entonces estaba buscando un hueco para ir a visitarlo y por fin pude ir el fin de semana.

Lo primero que me extraño fue el edificio, un edificio moderno de los años ’70, rodeado de unos extensos jardines, con una gran escalinata que daba acceso a una gran puerta acristalada,  bajo una gran torre central, me gustó.

           

Nada más entrar la escasez de luz me  hizo pensar que no iba a lograr ver mucho, pero cuando leí la explicación entendí la razón de esta semipenumbra.

Los tejidos son materiales muy frágiles y se deterioran con suma facilidad por acción de la luz, el aire, la polución, etc. Esta era la razón por la que, además, los trajes expuestos no eran siempre los mismos. No podría ver toda la colección de la que disponían.

Me fue entrando un pesimismo grande, me empecé a preguntar si no habría sido un error haber ido a ver el museo.

Todos los trajes se muestran tras unos escaparates en los que se van encendiendo unas  tenues luces a un ritmo concreto.

 

En la primera sala la primera decepción, un video sobre la vestimenta desde la prehistoria hasta el renacimiento.

¡Pues bien empezábamos! el video explicaba que los ropajes no han perdurado a través del tiempo, por lo que la única referencia que se tenía eran las imágenes en relieve, en pintura o en los libros.

Era comprensible, pero al mismo tiempo una pena, porque se podrían haber hecho una recreación de los trajes con los materiales actuales para dar mayor realismo, a pesar de saber que no eran de la época.

Luego empezaron a aparecer los trajes que portaron los hombres y las mujeres a partir del siglo XVIII, allí estaban en toda su solemnidad, con sus tejidos, bordados, formas, colores, tipos. ¡Fue maravilloso!.

Reviví un viaje en el tiempo, el XVIII, el XIX, y el espectacular y variado siglo XX.

Fue una visita muy instructiva, una colección muy completa, incluido los complementos y los trajes regionales de algunas regiones españolas y para nada desanimante.

  

Os lo recomiendo vivamente.

 

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