Criptozoología (2º) Okapi un animal criotozoológico en 1900


Ya en 1812, los paleontólogos y otros científicos proclamaron que existían pocas probabilidades del descubrimiento de nuevas especies de animales. Pero incluso entonces, con el descubrimiento del tapir tropical americano, en 1819, los fatalistas estuvieron equivocados. Desde aquella época, desde el descubrimiento del tapir y más allá de la del okapi, ha habido toda una serie de nuevos animales hallados en todo el mundo.
Henry Morton Stanley, que exploraba las riberas del río Congo, le resultó extraño ver cómo los nativos no mostraban el menor asombro ante los caballos. Cosa que sucedió en anteriores ocasiones. Interrogados por el explorador europeo, los nativos de la tribu Wambutti dijeron que en las selvas de la zona habitaba un animal similar a ellos pero de menor tamaño, el o’api. Por la descripción que hicieron los Wambutti, Stanley pensó que se trataba de una especie desconocida de cebra, pues no se conocía la existencia de ninguna en esa parte de África (ni, de hecho, ninguna cebra que viviese dentro del bosque tropical). En 1900, Johnston acompañado de un grupo de pigmeos, rescatados de la Exposición Universal de París donde eran exhibidos como monstruos de feria, pudo conseguir dos pieles de los cuartos traseros. Fueron enviadas a la Zoological Society de Londresdonde tras comprobar que no pertenecía a ninguna de las cebra conocidas fue bautizado como Equus johnstoni.
Johnston, volvió al poblado de los Wanbutti, en busca de este esquivo animal. Encontró un rastro en la selva, con la ayuda de la tribu Wanbutti, comprobó que las huellas tenían dos dedos, por lo que el o’api debía ser un artiodáctilo y no un équido.Karl Eriksson, comandante del fuerte Mbeni, le envió dos cráneos. Con este material volvió Johnston a Londres, donde las calaveras permitieron determinar que, el ya conocido como okapi, era una especie de jirafa de bosque que fue bautizada como Okapia johnstoni. Tan extraña especie fue pronto demandada por numerosos museos y zoológicos de Europa y Estados Unidos, pero la mayor parte de las expediciones fueron un fracaso debido a lo remoto de su distribución.En 1919, el primer okapi vivo fue sacado del Congo y llevado a zoológicos europeos. En el año 2006 y luego de casi 50 años en los que no había sido detectado ninguno en estado salvaje, se produjo su redescubrimiento en el Congo.

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