Origen del cuento

El Narrador de Cuentos: Orfeo y Eurídice

«Etimológicamente, la palabra cuento, procede del término latino computare, que significa contar, calcular; esto implica que originalmente se relacionaba con el cómputo de cifras, es decir que se refería, uno por uno o por grupos, a los objetos homogéneos para saber cuántas unidades había en el conjunto. Luego, por extensión paso a referir o contar el mayor o menor número de circunstancias, es decir lo que ha sucedido o lo que pudo haber sucedido, y, en este último caso, dio lugar a la fabulación imaginaria» (Cáceres, A., 1993, p. 4).

No existen razones para considerar que el hombre, que llamamos primitivo, fuera diferente a nosotros en sus necesidades y formas de pensar. Aquellos hombres sentían, como hoy, la necesidad de transmitir  sus observaciones, recuerdos y experiencias. Al no conocer, con certeza, si realmente empleaban un modo de escritura, siempre se ha pensado que empleaban la vía oral, de generación en generación. No sería, por tanto extraño, que los cuentos tengan su origen en los albores de la humanidad. Sobretodo al observar que los personajes de los cuentos eran los portadores del pensamiento y el sentimiento colectivo.

El origen del cuento se remonta a tiempos tan lejanos que resulta difícil indicar cuándo se creó el primer cuento. Se sabe, que los más antiguos creadores de cuentos, que hoy se conocen, fueron los pueblos orientales, originadores de  la cultura. Desde allí se extendieron a todo el mundo

Los cuentos populares de la antigüedad muestran el asombro y temor  del hombre . En el mundo del cuento todo es posible, los narradores saben que el cuento es una ficción basada en la realidad , su pretensión es dar una enseñanza en la que el  final no siempre es feliz. Es el modo de poner, al que lo escucha, en prevención ante determinadas contingencias.

Los cuentos que nos han llegado por la tradición oral, además de haber sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, no tienen forma definitiva ni única, sino que existen decenas y acaso centenas de versiones de un mismo cuento.

«Las colecciones más importantes y conocidas de cuentos orientales traídos a Europa y de Europa a América son: Las mil y una noches y Calila y Dimna. Una y otra fue motivo de versiones, adaptaciones o imitaciones por parte de las literaturas europeas, desde las mediterráneas hasta las anglosajonas. Es más, «la palabra contar, con la significación de referir hechos, se la encuentra ya en el Calila y Dimna, cuya versión castellana data aproximadamente del año 1261. En realidad el Calila y Dimna es una de las más extensas y originales colecciones de apólogos orientales; al parecer su recopilador Barzuyeh, médico de Cosroes I, rey de Persia, dio a conocer la existencia de estos apólogos entre los años 531 y 570. Cabe recordar que el apólogo es la forma más antigua con que se conoce el cuento; en tal sentido, el apólogo también es definido como una ficción narrada, más concretamente como un hecho real del que se puede sacar una enseñanza moral» (Cáceres, A., 1993, p. 4).

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