Catherine Parks investigaba la muerte masiva de árboles en el bosque nacional de Malheur, en Oregon, Estados Unidos. Decidió sacar muestras de ADN en 112 raíces, en 61 de ellos encontró un mismo material genético, el de la Armillaria ostoyae. Fue todo un descubrimiento para esta investigadora el encontrar el ser vivo más grande del mundo.
Este hongo, Armillaria ostoyae, conocido como hongo o seta de miel, empezó de un sola espora, demasiado pequeña para ser vista sin un microsocopio, hasta llegar a extenderse 8’9 km cuadrados.
El monstruo de Oregon, como a veces le llaman, esparce sus filamentos rizomórficos parásitos, a lo largo del bosque, matando cientos de árboles al crecer, durante un periodo de, y agárrate, 2400 años.
En la superficie este hongo brota como un fungi de múltiples sombreros dorados que surgen en otoño, los cuales son comestibles aunque no tienen un sabor muy cotizado.
Este hongo se ha ganado el título del organismo viviente más grande del mundo.
Algunas personas consideran al Gran Arrecife de Coral de Australia como un superorganismo, sin embargo la ciencia considera que es un agrupamiento de distintos organismos.
El álamo temblón forma colonias de árboles genéticamente idénticos conectados subterráneamente por un solo sistema de raíz. El sistema de álamos completamente conectados más grande que se conoce es el llamado Pando en Utah, que cubre 43 km2 y constituye el organismo vivo más grande en cuanto a masa.
Fuente: pijamasurf
mury, un beso