En España, los huevos marrones han acaparado prácticamente la totalidad del mercado, relegando a los blancos a un lugar casi testimonial. Esta situación contrasta con la realidad de otros países, como Estados Unidos o Japón, donde los huevos blancos siguen dominando las estanterías de los supermercados. A pesar de que ambos tipos de huevo son nutricionalmente idénticos e incluso los blancos suelen ser más baratos, la preferencia por los marrones ha sido el resultado de una combinación de factores comerciales, percepciones de los consumidores y estrategias de producción.
Una cuestión de percepción: el mito del huevo marrón más natural
Uno de los principales motivos por los que los huevos marrones se han impuesto es la creencia de que son más naturales, nutritivos y saludables que los blancos. Esta idea, aunque errónea, ha calado profundamente en los consumidores. La cáscara marrón se asocia instintivamente con algo más rústico y menos industrial, mientras que los blancos se perciben como más artificiales o tratados.
La realidad es que el color de la cáscara no tiene ninguna influencia en la calidad ni en el valor nutricional del huevo. El tono depende únicamente de la raza de la gallina:
- Gallinas de pluma blanca y lóbulos auriculares blancos → huevos blancos.
- Gallinas de pluma marrón y lóbulos auriculares rojos → huevos marrones.
Las diferencias en color no afectan ni a la composición ni al sabor del huevo, pero la percepción del consumidor ha hecho que los marrones se consideren de mejor calidad, aunque en la práctica no exista ninguna ventaja real.

El papel de la industria avícola en el cambio
La desaparición de los huevos blancos no ha sido solo una cuestión de preferencias del consumidor, sino que también ha habido razones comerciales que han favorecido la producción y venta de huevos marrones.
1. Rentabilidad en la producción de huevos marrones
Las gallinas que ponen huevos marrones suelen ser más grandes y pesadas, lo que implica que consumen más alimento que las que ponen huevos blancos. Esto haría pensar que los huevos marrones deberían ser más caros, pero la industria avícola ha logrado compensar este mayor coste con una estrategia de producción más eficiente.
Los criadores han apostado por razas de gallinas ponedoras marrones que tienen una producción muy elevada, lo que ha permitido equilibrar los costes de alimentación con una mayor cantidad de huevos por gallina. Además, en los últimos años se ha popularizado la producción de huevos ecológicos y camperos, segmentos en los que predominan las gallinas marrones, reforzando aún más la idea de que el huevo marrón es superior.
2. Mayor resistencia de la cáscara marrón
Otro de los factores clave ha sido que los huevos marrones suelen tener una cáscara más gruesa y resistente en comparación con los blancos. Esto les permite soportar mejor el transporte y la manipulación en los supermercados, reduciendo las pérdidas por roturas. Para la industria, un huevo que llega en mejor estado al consumidor es más rentable, lo que ha llevado a muchos productores a favorecer la cría de gallinas marrones.
3. La apuesta de los supermercados
Las cadenas de distribución han jugado un papel fundamental en la desaparición de los huevos blancos. Al ver que los consumidores preferían los marrones y que la producción de estos se alineaba mejor con las estrategias de comercialización (huevos camperos, ecológicos, etc.), han reducido progresivamente la presencia de los blancos en sus estanterías hasta hacerlos prácticamente desaparecer.
En la actualidad, encontrar huevos blancos en un supermercado español es una tarea difícil, ya que apenas se distribuyen en grandes superficies y su venta se ha limitado a mercados específicos o a la compra directa en granjas.
¿Tienen futuro los huevos blancos en España?
Dado que la diferencia entre ambos tipos de huevo es puramente estética y perceptiva, es difícil que los blancos vuelvan a ganar cuota de mercado en España. La industria y los supermercados han consolidado la preferencia por los marrones, y revertir esta tendencia requeriría una fuerte campaña de concienciación para cambiar la percepción de los consumidores.
No obstante, los huevos blancos siguen siendo habituales en otros países, especialmente en Estados Unidos y Japón, donde la tradición y los hábitos de consumo han mantenido su popularidad. En estos mercados, los huevos marrones son minoritarios y suelen venderse a un precio superior, bajo la misma lógica de percepción de mayor calidad que ha llevado a su éxito en España.
Conclusión
El dominio de los huevos marrones en los supermercados españoles no responde a razones nutricionales ni de calidad, sino a una combinación de percepción del consumidor, decisiones de la industria avícola y estrategias de distribución. Aunque los huevos blancos son más baratos y tienen la misma composición, la preferencia por los marrones se ha consolidado hasta el punto de hacer desaparecer prácticamente los blancos de las estanterías.
A menos que haya un cambio drástico en la percepción del consumidor, los huevos marrones seguirán reinando en España, dejando a los blancos como un producto casi olvidado, presente solo en mercados especializados y pequeñas producciones.