PageMaker: el pionero de la autoedición que abrió la era del diseño digital

En 1985, PageMaker no solo cambió la forma en que se diseñaban publicaciones, sino que introdujo el concepto mismo de «desktop publishing». Aunque hoy es un recuerdo del pasado, su influencia sigue viva en el software de diseño moderno.


El nacimiento de una revolución: Aldus PageMaker y el Macintosh

Cuando Aldus Corporation lanzó PageMaker en julio de 1985, el contexto tecnológico era radicalmente distinto al actual. El Apple Macintosh 128K, lanzado solo un año antes, ofrecía una interfaz gráfica novedosa con un ratón como periférico principal. Aquel entorno, junto con la introducción de la Apple LaserWriter y el lenguaje de impresión PostScript desarrollado por Adobe, fue el caldo de cultivo perfecto para el nacimiento de la autoedición digital (desktop publishing).

PageMaker fue el primer programa que combinó una interfaz visual tipo WYSIWYG (What You See Is What You Get) con herramientas de maquetación y tipografía. Por primera vez, diseñadores, periodistas, profesores, empresarios y cualquier usuario con un Mac podían componer boletines, folletos, catálogos o revistas desde su escritorio.


De Aldus a Adobe: auge y ocaso de un referente

El éxito inicial fue tan rotundo que, a finales de los 80, PageMaker ya era un estándar en pequeñas editoriales, imprentas locales y departamentos de comunicación de empresas y universidades.

En 1987 llegó la versión para Microsoft Windows, lo que amplió su base de usuarios más allá del entorno Apple. Sin embargo, la falta de mejoras significativas durante los años 90, y la lenta reacción ante nuevas necesidades de maquetación, debilitó su posición.

En 1994, Adobe Systems adquirió Aldus Corporation, incluyendo PageMaker. Aunque Adobe lanzó versiones posteriores (siendo la 7.0 de 2001 la última), no consiguió recuperar el liderazgo que ya le había arrebatado QuarkXPress, un competidor más potente y versátil.


Competencia y comparación: del dominio al olvido

PageMaker fue el primero, pero no estuvo solo por mucho tiempo. Durante dos décadas compitió con otros programas que respondieron mejor a las exigencias del mercado editorial profesional.

SoftwareAño de lanzamientoPlataforma inicialOrientación principalEstado actual
PageMaker1985MacintoshAutoedición generalDiscontinuado (2004)
QuarkXPress1987MacintoshEditorial profesionalActivo
Microsoft Publisher1991WindowsUsuario doméstico y empresarialActivo (Office 365)
Adobe InDesign1999Windows y macOSMaquetación profesionalActivo (Creative Cloud)
Scribus (FOSS)2003MultiplataformaCódigo abierto, maquetación libreActivo
Canva2012WebDiseño visual accesibleActivo (modelo freemium)

Principales limitaciones de PageMaker (años 90):

  • Pobre manejo de tipografías y estilos complejos.
  • Escasa automatización para flujos editoriales.
  • Baja integración con otros programas gráficos.
  • Lentitud para implementar mejoras frente a Quark o InDesign.

El legado de PageMaker: más allá del software

Aunque discontinuado oficialmente en 2004, el legado de PageMaker es enorme. No solo ayudó a popularizar los ordenadores personales como herramientas creativas, sino que marcó el nacimiento de la industria del desktop publishing.

Fue la inspiración directa para productos posteriores como InDesign, desarrollado por Adobe desde 1999 con la lección aprendida de los errores de PageMaker. En muchos sentidos, InDesign no es solo su sucesor técnico, sino también su heredero conceptual: una herramienta que combina potencia profesional con facilidad de uso.


Un análisis histórico: ¿por qué murió PageMaker?

  • Competencia feroz: QuarkXPress dominó la industria editorial de los 90 con funciones más avanzadas.
  • Estancamiento tecnológico: La falta de actualizaciones significativas hizo que muchos usuarios lo consideraran obsoleto.
  • Estrategia de Adobe: Tras adquirir Aldus, Adobe centró sus esfuerzos en InDesign, desarrollado desde cero.
  • Cambios en el mercado: La llegada de la web y el diseño interactivo cambió las reglas del juego, y PageMaker no supo adaptarse.

PageMaker frente a Apple y otros modelos cerrados

Mientras Aldus y luego Adobe impulsaban PageMaker, Apple tenía su propia visión para el diseño digital. Aunque nunca desarrolló una herramienta directa de maquetación comparable, el ecosistema Apple (Macintosh, LaserWriter, QuickDraw) fue el entorno ideal para su nacimiento.

Posteriormente, surgieron otras alternativas en sistemas cerrados como iBooks Author (Apple) o incluso las funciones de Pages (la app de ofimática de Apple). Sin embargo, ninguna de estas herramientas tuvo el mismo impacto histórico que PageMaker o InDesign.

Hoy en día, Apple orienta su enfoque al diseño visual y multimedia más que a la edición editorial clásica, delegando en aplicaciones de terceros como Affinity Publisher o Canva.


Lecciones de un pionero

PageMaker fue víctima de su propio éxito. Al haber abierto el camino, no supo mantenerse al ritmo de la industria que ayudó a crear. Aun así, su contribución a la democratización de la edición y el diseño es indiscutible.

En tiempos de aplicaciones web como Canva, plataformas colaborativas como Figma o herramientas de código abierto como Scribus, vale la pena recordar que todo comenzó con una idea simple: permitir que cualquiera pudiera diseñar y maquetar documentos con calidad profesional desde su escritorio.


Conclusión

PageMaker ya no existe, pero sin él no habría InDesign, ni Quark, ni Canva. Fue el primero en poner el diseño editorial al alcance de todos. Y como todo pionero, su lugar en la historia no lo determina su desaparición, sino su legado.

Hoy, cuarenta años después, quienes editan, maquetan o publican contenidos digitales aún caminan por el sendero que PageMaker abrió.

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