Se trata de un método que forma parte de la medicina tradicional china y el significado viene de las palabras energía (Qi) y trabajo (gong). Según la medicina china, las enfermedades se producen por un desequilibrio en el flujo natural de la energía humana.
Realizando ejercicios de Qigong, mejoramos la calidad de nuestra energía, así como el flujo por el cuerpo, lo que ayuda a establecer un estado saludable y prevenir de posibles enfermedades. Del mismo modo, un médico de Qigong también puede tratar al paciente con métodos que activen su energía para contrarrestar la enfermedad y recuperar su salud.
La circulación de la energía se activa mediante la respiración, la mente y los movimientos específicos del cuerpo a través de los meridianos para fortalecer los músculos y las articulaciones, controlar el estrés y prevenir dolencias.
Este método es especialmente eficaz para tratar enfermedades crónicas y su filosofía defiende la vida sana, feliz y en armonía.
En un estilo de vida como el que llevamos en la actualidad, rodeados de elementos tóxicos, contaminación química y medioambiental, aparatos electromagnéticos y todo en un continuo estado de estrés, el Qigong se presenta como una disciplina más que recomendable para equilibrar nuestro estado energético y mejorar nuestra calidad de vida.
Además de una herramienta para mejorar nuestra salud, se define como un arte, un tesoro de la cultura china que condiciona una filosofía y forma de vida mucho más saludable.
El Qigong es una ciencia milenaria que ha ayudado a muchas personas a sanar, a limpiar su mundo interior, a regenerar su energía vital y, al mismo tiempo, la del universo.
La práctica de esta combinación de medicina y arte marcial nos enseña a cultivar y equilibrar la energía vital, repercutiendo positivamente en nuestra salud.