Submarino español, Ictineo I

Durante el siglo XIX, el siglo de los inventos, se produjeron en diversas partes de Europa y al mismo tiempo el desarrollo de las mismas ideas , como si existiera una carrera por ver quien era el primero en conseguir sus logros.

Una de estas fue la construcción de submarinos, Francia, Inglaterra, Holanda y España estaban metidas en la investigación.

En España y anterior a Isaac Peral, un abogado hijo de un tonelero, Narciso Monturiol, al observar las precarias condiciones en las que trabajaban los recolectores de coral, se decidió a realizar un submarino que les ayudara en su labor.

En 1857 creo una sociedad  que llevaría acabo el primero de sus submarinos el Ictineo I junto al ingeniero naval José Missé.

Este primer submarino estaba construido con maderas de roble y olivo reforzados con cobre y le dieron forma de pez, de hay su nombre Ictineo que significa barco pez.

Sus medidas eran de 7 m de eslora, 2’5 de manga y 3’5 desde la quilla a lo alto de la torre que llevaba en superficie. Según se especifica podía sumergirse hasta los cuarenta metros y se propulsaba con hélices movidas manualmente.

Una de las grandes aportaciones que hizo Monturiol a la historia de los submarinos fue la inmersión producida por la inundación de tanques o del espacio entre los dos cascos y para emerger explusaban el agua con aire comprimido. Si se veían en una emergencia, contaban con lastres que podían soltar para salir a la superficie.

El interior de este primer Ictineo era un espacio ovalado en el que podía llevar un máximo de 6 tripulantes, uno de ellos hacia las veces de capitan y timonel, el restos se encargaban de mover la hélice.

Como iluminación interior llevaban velas y para el exterior faros de luz oxhídrica. Contaba con unas pequeñas ventanas en los costados y en la parte superior.

Algo muy ingenioso es que también contaba con aperturas para poder utilizar diferentes herramientas para recolectar el coral.

En la primera prueba, en junio de 1859, los cristales de las ventanillas se rompieron, en la prueba del 23 de septiembre la inmersión fue todo un exito.

Tripulado por el propio Monturiol el Ictineo I consiguió sumergirse a 20 m de profundidad durante dos horas y media, el tiempo que les permitió el aire que podía contener el habitáculo.

La falta de aire representaba un gran inconveniente para el éxito de esta forma de navegación.

En 1961 y con un sistema de producción de aire el Ictineo fue presentado a las autoridades, el éxito de la prueba quedo plamado en la Gaceta de Madrid, en sus números 147 y 149.

La prueba fue realizada el 21 de octubre y la inmersión tuvo una duración de cuatro horas y cuarto, la Gaceta hacia referencia a la temperatura interna que solo se había elevado 4 grados Reamur por lo que no fue necesario emplear sistemas de refrigeración. A pesar de que la iluminación era escasa y el espacio pequeño no era comparable a otros trabajos desarrollados en espacios pequeños como las minas.

Monturiol realizó 54 inmersiones con el Ictineo I hasta que en 1962 decidió hacer un submarino más grande. Pero eso será para otros día.

Fuente : Revista Historia de Iberia Vieja.

mury, un beso

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