Del misterio del Yeti en los ’70 a la criptozoología del Yeti en el 2000

Como ha cambiado el punto de vista que se tenía en el siglo pasado sobre algunos misterios y el que existe en la actualidad. Por ejemplo pasamos del misterio del Yeti en los ’70 a la criptozoología del Yeti en el 2000.

El tema del misterio llegó a los jóvenes españoles de manos de  programas de TV como el de Jimenez del Oso en los años 70 «El más allá» y en los 80 «La puerta del misterio» y  luego por las revistas como, Más allá de la ciencia, Año cero, Enigmas y otras del estilo.

La forma de tratar el tema era siempre el mismo. Ha sido visto en tal o cual sitio, los testigos contaron como…, y ya. Luego una perorata sobre lo misterioso, la cantidad de avistamientos en el tiempo y siempre te quedabas con la sensación de que aquello nunca se sabría si era realidad o invención. Era un misterio imposible de resolver.

A partir de los 90, cambió un poco el cuento, las mejoras técnicas, en cámaras automáticas, transporte, material de acampada, de sonido, etc, condujo a muchas personas obsesionadas con estos seres a una, digamos, cacería del misterio. Y a grupos de científicos, llamados por sus colegas excentrícos, por decir algo suave, a investigar con métodos científicos. A partir de aquí  se realizó una austera recopilación de información sobre estos seres.

estudios     

Proliferaron las variantes, los lugares donde eran encontrados  y su denominación. Todos poseían características similares a pesar de encontrarse en diferentes zonas geográficas. Se descubrieron multiples leyendas e historias que hablaban de la existencia de seres peludos en los pueblos que ocupaban esos lugares geográficos. Todo gracias a las mejoras en las comunicaciones.

Historias sobre estos seres podemos encontrarlas en boca de los indios en el Norte de América, Rusia, China, Afganistán, Mongolia, el Himalaya y muchos más. Por ejemplo el libro de Michael Kripton, El guerrero número cinco, se basa en una lucha contra unos seres peludos.

Se podrían reunir en dos tipos. Unos sería del tipo “Yeti”, seres peludos de gran altura y pies excesivamente grandes, como el Sasquatch o Bigfoot en America del norte, el monstruo Momo en el rio Missouri, el Mono Mofeta en Florida, Yowie en Australia,  Meh-Teh  en Nepal, Tjutjunaa en Rusia, Yeren en China, etc.

El otro tipo sería los que se asemejarían al Orang Pendek, propio de Indonesia, de un menor tamaño y una mayor semejanza a nosotros, donde situaríamos a los Almas en el Himalaya, el Hibagon en Japón, el Ngoui Rung en Vietnam, el Ebu Gogo en la indonesia isla de Flores, Barmanou en Afganistán y Pakistán.

Buena cantidad del material colectado no era aunténtico. Había sido falsificado por personas que encontraron en estos seres misteriosos un fuente de ingresos. El trabajo, por lo tanto, también se multiplicó. No solo había las pruebas para estudiar sino que ahora primero había que diferenciar lo auténtico de lo falso.


La auténtica investigación científica, se llevó a cabo a través de análisis de los pelos, moldes de  pisadas, recogida y análisis de heces y parásitos, restos de cueros cabelludos en monasterios tibetanos, historias narradas desde antiguo, avistamientos, etc

Los avistamientos por parte de testigos son abundantes, montañeros, pastores, monjes, mujeres, aunque no se les ha dado credibilidad por la sociedad científica.

Los relatos de los montañeros no se tuvieron en cuenta consideraron que debían encontrarse influidos por el mal de altura que les hizo confundir a un oso con un homínido, a más de 5000 metros de altura. Al resto por no considerarlos cualificados.

Los análisis de los pelos conseguidos han verificado que pertenecen a un animal que no es conocido por la zoología, incluso los parásitos encontrados en las heces que se encontraron cerca de los pelos demostraron que no pertenecían a ninguna especie conocida, según Heuvelmans, padre de la criptozoología y biólogo, cada especie animal tiene sus propios parásitos convirtiéndose en la prueba más genuína de la existencia de estos seres.

Con la llegada del genoma se renovaron las investigaciones y los análisis.


El misterio, poco a poco va desapareciendo, la similitud de estos seres peludos con los homínidos ancestrales, las historias que narran su existencia en periodos muy tempranos, el descubrimiento del hombre de Flores, donde por cierto tienen a su propio ser peludo, el descubrimiento de un nuevo homínido desconocido en la cueva de Desinova, curiosamente dentro de la zona donde aparecen los Yeren, ha llevado a muchos investigadores a teorizar si no serán hominidos que pudieran haber sobrevivido en lugares remotos.

Así que empezamos a entrar en el terreno de la criptozoología y en la posible existencia de ancestros que sorprendentemente han sobrevivido en lugares apartados de difícil acceso a los que cada día más el hombre va accediendo y ocupando.

Me queda por decir, que si esto fuera así, tal vez la ceguera de la ciencia, acabe por haber desperdiciado una parte importantísima de la evolución del hombre.
http://youtu.be/EhAXvZOdS7Y

¿Quieres leer una historia de avistamiento? pincha en la palabra subrayada.

mury, un beso.

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