Durante mucho tiempo, un servidor realizó cuanto test de inteligencia pasara por delante suyo, un poco creyendo que en realidad podían medir esta cuestión tan abstracta, y otro poco para alimentarse el ego. Sin embargo, hoy me vengo a enterar de que, en realidad, los tests de inteligencia que todos nosotros conocemos y hemos llevado adelante desde siempre, no sirven absolutamente para nada.
En concreto, esta aseveración al respecto no es casual, sino que fue realizada por un grupo de especialistas de la Universidad de Granada, quienes realizaron un informe que fue tomado y confirmado luego por investigadores que trabajan junto al portal University Herald. Así que si creías que eras más inteligente que tu hermano o amigo, puedes dar por descontado que no es de tal forma.
En cuanto al estudio de los especialistas de la Universidad de Granada, se debe informar que realizaron una investigación sobre el comportamiento al respecto de 54 personas de edad comprendida de 18 a 54 años, la mitad de ellos españoles, y el resto marroquíes que residen dentro del territorio nacional.
De esa manera, era posible saber cuáles eran las diferencias que existían por edad, por país, por religión que se profesa y hasta por raza genéticamente hablando, además de la diferencia de idioma y cultura, claro. Los resultados arrojaron que las personas respondían mejor o peor de acuerdo a la cultura que habían adquirido y los rasgos incorporados en su infancia, más que por una cualidad de inteligencia desarrollada o no.
Eso demuestra que todos los tests de inteligencia que llevamos adelante a menudo para conocer si somos más capaces que otras personas, en realidad arrojar resultados prácticamente que al azar, así que no deberíamos hacerles demasiado caso. Una buena forma de demostrar, nuevamente, que todos los seres humanos somos más parecidos de lo que podíamos llegar a pensar.