Por cuestiones lógicas, el sol es uno de los elementos de la Vía Láctea que menos ha podido ser investigado por los científicos de todo el mundo, de forma que la reciente aparición de una especie de mancha sobre su superficie, denominada la misma AR 1678, ha causado una enorme conmoción en la comunidad de expertos que se dedican a conocer todo sobre “Febo”.
De hecho, la mancha fue captada por las cámaras del Observatorio de Dinámica Solar de la Nasa, desde su sede en los Estados Unidos, y según han explicado los especialistas que la encontraron, “unas dimensiones descomunales, hasta el punto de que podría tragarse seis planetas como la Tierra”, lo que de alguna forma ha generado una especie de preocupación en el ambiente científico, aunque poco trasladada a la vida “real”.
En tal sentido, los astrónomos han descartado cualquier tipo de impacto sobre la tierra de esta mancha, aunque no quisieron asegurar que no vayan a sufrirse erupciones solares en las próximas horas, situación a la que llegaron mediante una serie de estudios complementarios desarrollados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, que hablan incluso de que podría existir un tipo de radiación distinta en los próximos días, aunque no afectarán a los humanos.
“Es difícil de juzgar desde el punto en que está situada, ya que está en una esfera, no en un cuerpo plano”, explicaron desde la misma NASA los especialistas, quien expresaron que, de acuerdo a sus estudios, la mancha creció con gran rapidez durante los últimos días, específicamente entre lunes y martes, hasta alcanzar sus proporciones actuales, que no se han agrandado mucho más.
Incluso, algunos antiguos investigadores de la NASA han asegurado que si bien se trata de una mancha lo suficientemente grande como para contener bastantes planetas Tierra en su órbita, recientemente se han detectado otras mucho mayores, concretamente en el pasado mes de enero, y en noviembre de 2012, aunque en esas oportunidades no se las observaba tan claramente.