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La nanorobótica es una tecnología relativamente nueva, donde el diseño, la ingeniería, la mecánica, etc., todo se reduce a escala microscópica. Hay algunos países donde se está llevando muy en serio este campo, se pretende aplicar en medicina, en el del hardware, en el medio ambiente, etc. Todo en un ámbito experimental, los científicos que se encargan de diseñar y estudiar sus posibles aplicaciones, deben todavía convencernos de que son viables en la práctica y que son “durables”, es decir que no está muy claro todavía cuál es el promedio de vida de un nanorobot. Y algo importante también es si puede llegar a ser rentable para la Industria, pues en definitiva todos los inventos se fabrican para sacarles beneficio, no sólo por el servicio que prestan, sino para que rindan sobre todo al fabricante.

 Pero la noticia que me ha llamado la atención viene de un Instituto, el de Tecnología de California (Caltech), que en colaboración con las Universidades de Columbia y Arizona, han conseguido construir y programar dos nanorobots moleculares, entre cuyos componentes se ha insertado ADN. Dichos robots, son capaces de efectuar trabajos complejos a una escala microscópica.

El primer robot posee 3 patas formadas por encimas de ADN, será capaz de tomar sus propias decisiones según el ambiente que le rodee, y puede ser capaz de dividir una secuencia genética determinada o ensamblar todo tipo de moléculas construyendo o rompiendo sus enlaces moleculares.

El segundo robot es una especie de cadena de montaje microscópica. Tiene 4 patas y 3 manos. Se puede desplazar rápidamente por entre el sustrato de ADN, y está diseñado para ensamblar cualquier tipo de material, incluso el que se cree en un laboratorio de nuevo diseño.

Realmente habría que verlo para creerlo. Estamos hablando de partículas menores de una milmillonésima de metro, así que necesitaremos un buen microscopio y luego localizar a estas escurridizas arañas mecánicas. Pero la verdad, creo que sería muy útil en todos las campos, que usando tan poco material (imaginad el gasto en acero o plástico, más que irrisorio), se puede lograr un beneficio a escala macro.

 

Toni Ferrando.

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