El mundo griego se dedicó, al igual que los fenicios, al comercio en el Mediterráneo en el I milenio a.C . Tal labor estaba en manos de aquellos que poseían la pasta, los «naucleros», aristócratas, armadores, dueños de la carga y capitanes de la nave.
Exitía otro grupo que fue introduciéndose poco a poco en el sector, los «emporos«, comerciantes de baja categoría social que no tiene barco ni poseen las mercancias. Es un mero intermediario (increible que también esté esta figura), seguramente a cargo de algún aristócrata, que está más agustito en casa. Y sin embargo con el tiempo y las ganancias acumuladas se van a hacer con el poder del comercio griego. De hecho se llamarán emporios los lugares donde almacenar y comerciar sus productos.
Ahora, cómo conseguían estos emporos la pasta para poder comprar mercancias y alquilar un barco.
Pues a través de PRÉSTAMOS. Sí, como lo oyes, ya existían los préstamos. Bueno, como te decía, iban y pedían un crédito al aristócrata (no en forma de monedas, sino en trueque) poniendo como aval el barco, si era del emporio, o la carga. Pero había unos INTERESES que pagar. Listos ¡eh!. Si la nave zozobraba junto con la carga antes de llegar a su destino, palmaba el acreedor. Si llegaba a su destino, debía cumplir con todas las condiciones pactadas, independientemente de los beneficios conseguidos. Cuales eran estos intereses. Pues dependían de la carga, del destino y de la duración del viaje. Por ejemplo si se tardaba más de lo que se sabía que duraba el viaje o si el barco llegaba fuera de la fecha establecidad.
Asi, se hicieron ricos muchos emporos y muchos aristócratas desde casita. Y es que era muy ventajosa esta actividad.
Todo estos datos se conocen por las fuentes literarias que nos han llegado.
muri, un beso.